Decoracion de discotecas modernas

Diseño exterior de discotecas

Los clubes nocturnos y las discotecas son hervideros de cultura contemporánea. Desde principios del siglo XX, han sido centros de vanguardia que cuestionan las normas sociales y experimentan con diferentes realidades, fusionando el diseño de interiores y mobiliario, los gráficos y el arte con el sonido, la luz, la moda y los efectos especiales para crear una moderna Gesamtkunstwerk.

Fiebre nocturna. Designing Club Culture 1960 – Today es el primer libro que ofrece una visión completa de la historia del diseño de discotecas, examinando su contexto cultural y su alcance internacional. Los ejemplos abarcan desde los clubes italianos de la década de 1960 creados por los protagonistas de Radical Design hasta el legendario Studio 54, donde Andy Warhol era un asiduo, y el Palladium de Nueva York, diseñado por Arata Isozaki, así como conceptos más recientes del estudio de arquitectura OMA para el Ministry of Sound II de Londres.

Con películas y fotografías de época, carteles, folletos y moda, Night Fever lleva al lector por un fascinante viaje a través de un mundo de glamour, subcultura y búsqueda de la noche que nunca termina.

Plano de arquitectura de un club nocturno

Con el auge de la música disco en los años 70, la cultura de club cobró un nuevo impulso. La música dance se convirtió en un género propio y la pista de baile surgió como escenario de actuaciones individuales y colectivas, con diseñadores de moda como Halston y Stephen Burrows proporcionando los atuendos perfectos para actuar y brillar. El Studio 54 de Nueva York, fundado por Ian Schrager y Steve Rubell en 1977 y diseñado por Scott Bromley y Ron Doud, pronto se convirtió en uno de los locales favoritos de los famosos. Sólo dos años más tarde, la película “Fiebre del sábado noche” marcó la cúspide de la comercialización de la música Disco, lo que a su vez provocó una reacción con tintes homófobos y racistas que alcanzó su punto álgido en la Disco Demolition Night celebrada en un estadio de béisbol de Chicago.

Por la misma época, lugares de la próspera vida nocturna neoyorquina como el Mudd Club (1978) y Area (1983) ofrecieron a los artistas nuevos espacios para fusionar la escena de los clubes y las artes, y lanzaron las carreras de artistas como Keith Haring y Jean-Michel Basquiat. En Londres, a principios de los ochenta, clubes como Blitz y Taboo crearon el movimiento New Romantic de música y moda, con Vivienne Westwood como invitada habitual en el club nocturno “Kinky Gerlinky” de Michael y Gerlinde Costiff. Pero fue en Manchester donde el arquitecto y diseñador Ben Kelly creó la catedral postindustrial del rave, The Haçienda (1982), desde donde el Acid House conquistó el Reino Unido. El House y el Techno fueron posiblemente los últimos grandes movimientos de música de baile que definieron a una generación de clubes y ravers. Llegaron a Berlín a principios de la década de 1990, justo después de la caída del muro, cuando espacios abandonados y en desuso se convirtieron en espacios disponibles para clubes como Tresor (1991); más de una década después, el famoso Berghain (2004) se estableció en una antigua planta de calefacción, demostrando una vez más cómo una vibrante escena de club puede florecer en las grietas del tejido urbano, en solares vacíos y en edificios desocupados.

Artículos de decoración para discotecas

J.H. Architecture inauguró su discoteca Red Toned en West Lake, China. Se trata de un nuevo concepto transformador de pista de baile. Este moderno club chino es, sin duda, un lugar para los amantes del baile.

Si buscas una definición rápida del Race Club, aquí la tienes: paredes de acero inoxidable, hologramas y luces LED. Los materiales más utilizados aquí fueron el cemento, el acero inoxidable, el cristal esmerilado, los espejos, el mármol y, por supuesto, la luz led como hemos mencionado antes.

El impresionante acero, con una vacilación arbitraria, cortaba el espacio en pedazos de los que salían rojos. Tanto el exterior como el interior proporcionan a todos los invitados una sensación vanguardista con formas asombrosas que reflejan luces por todas partes.

Hay algo curioso que hay que saber sobre el Race Nightclub, cuando cae la noche, las paredes de acero empiezan a reflejar la iluminación mandarina y dan el asombroso efecto de llamas ardientes. Este control de la luz aporta sin duda un encuentro inmersivo.

Las plantas verdes que se esconden por toda la discoteca rompen con los tonos rojizos de todo el espacio. Una vez que los visitantes entran en la moderna discoteca china, un largo vestíbulo les da una cálida bienvenida. A continuación, el vestíbulo conduce a zonas separadas. Cada sala tiene su propio juego de luces, y todas son diferentes.

Decoración para discotecas

Rayos láser multicolores, pistas de baile day-glo, techos chapados en espejo, alfombras con estampados kitsch, esculturas gigantes de naves espaciales: desde su nacimiento en la década de 1960, la estética de las discotecas se ha definido por lo caprichoso y lo fuera de lo común. Quienes estén familiarizados con el artista Adrian Wilson, más conocido hoy por sus intervenciones humorísticas y subversivas por toda la ciudad de Nueva York, quizá se sorprendan al saber que se inició deleitándose con esta tipografía única, captando el apogeo del diseño discotequero europeo a finales de los ochenta y los noventa.

Como freelance para publicaciones especializadas como Disco Mirror y European Discotheque Review durante 11 años, fotografió más de 800 locales, entre ellos Ministry of Sound en Londres; Ku Club en Ibiza; y Le Malvern en Arzon, Francia. Utilizando película de diapositivas de formato medio, dice Wilson, “documentó la edad de oro de las discotecas, antes del servicio de botellas y el diseño soso”.

Como las revistas dependían de los ingresos publicitarios de las empresas que amueblaban los locales o instalaban los equipos, Wilson siempre fotografiaba las discotecas vacías. Como resultado, las imágenes son sorprendentemente nítidas, vistas poco comunes de locales legendarios como el club Genux de Lonato (Italia), de 65.000 pies cuadrados, que contaba con una enorme lámpara en forma de cerebro humano suspendida sobre la pista de baile y pretendía ser la discoteca más grande del mundo.